Sunday, November 25, 2012

0 La familia: la última esperanza para la humanidad

://pagead2.googlesyndication.com/pagead '>"; // -->


LA FAMILIA EN EL MUNDO ESPIRITUAL
Escrito por: Lic Ramón D. Peralta
Ilustrado por: Jordi Rodriguez Morillo



He recibido un pedido que me pareció un tanto exótico, por así calificarlo; para que toque un tema importante, pero que muchos parecen haber dejado bajo la alfombra de la vorágine hiperconsumista, característico de estos sórdidos tiempos, quizás el por ello lo de excéntrico. Me solicitaron que escriba sobre: "La Familia en el seno espiritual", lo cual no solo me tomó por sorpresa desde lo ontológico, sino que además me encontró sin mi yelmo y sin mi lanza.



Me pregunté: ¿por qué la familia no ha sido un tema de interés para los grandes filósofos?, ¿por qué no hay una sola escuela filosófica laica que ponga a la familia como protagonista de la vida en sociedad, ergo como piedra angular en el desarrollo de la economía y la sociología?, ¿por qué desde hace décadas los modelos económicos prometidos por los políticos de turno en el poder no mencionan siquiera tangencialmente a la familia como vórtice del futuro de la nación?, ¿por qué el mismo sistema educativo de muchas naciones de habla hispana han dejado relegada a un segundo plano la institución de la familia cuando antes era considerada como el fundamento primero de cualquier pueblo o país?.



Llegué a la conclusión que filosofar sobre la "espiritualidad en la familia", bajo los cánones de la filosofía pos-ilumnista es tan invasivo y como ofensivo. Ningún filósofo no enemistado con su narciso, contemplará siquiera semejante "snobismo". El filósofo de facultad no sale predispuesto a salirse de la linea recta cimentado en un "dogma de pensamiento estándar" (de manera gratuita y furtiva). Desde que impera el monismo materialista, pocos se atreverían a zambullirse donde no hay agua a la vista, o lo que es peor donde no hay espectadores y tribunos, o "gente como uno", ergo amantes de filosofar siempre sobre lo mismo, tomándose solo de lo empíricamente aceptado. Las escuelas y corrientes filosóficas se sindicalizan en grupetes, solo diferenciados por el maquillaje y las formas, pero no mucho mas que eso.



Porque hablar de la familia es inmiscuirse con entidades mas próximas al amor, la felicidad y otras entelequias "antifilosóficas" que derruyen la estantería y el escaparate del "pensador profesional". Dadles un punto de materialismo dialéctico en donde apoyarse, y os devolverán libros, pero si entregas el corazón os devolverán interrogantes. Nada peor para un filósofo moderno que tener que construir silogismo sobre la base de una romántica abstracción humana.

Admito que tampoco me resulta dócil el tema, pero tampoco me sabe a inocuo o lo que es peor, indiferente.


La familia podrá ser solo un conjunto de personas unidas por una misma genealogía y conjunto de simbologías sociales, pero también es cierto que es el punto de partida para el hombre y su naturaleza instintiva. El instinto de supervivencia lo incluye como uno en la manada, y no hay mas nada que polemizar sobre esto. Yerran dolosamente quienes admiten al hombre como una cosificación invidualista y solitaria. El hombre es su inconsciente, pero también está su progenie en ese inconsciente.



El miedo a la muerte implícito al nivel mas esencial y primitivo, nos habla de que el instinto de supervivencia primario está en salvarse uno mismo de la vida en la muerte, pero hay otro mas profundo aun que nos relata el instinto de preservación de la especie, que sin duda posible, solo da cuenta de una variante del sentido de supervivencia de la especie humana, inmanente a todo el reino animal. En otras palabras, quien provee y cuida a su familia está salvando a toda la humanidad.

Ni el pneuma de Aristóteles, ni la dualidad platónica, ni siquiera los mismos cínicos o estóicos, mucho menos los catedralicios, patrísticos y escolásticos, supieron encuadrar correctamente cual es el rol primario de la familia en el hombre. Santo Tomás de Aquino, fiel a su dogma literado, supo confundir a los coetáneos y sucedáneos, sobre la idea que entre otras lindas figuras líricas, la familia era natural al ser humano en su percusión del bien. Sin entrar en absurdas polémicas, solo diré que no se equivoca cuando profiere la naturaleza de la vida en manada en el ser humano, pero incurre en el típico fetichismo dogmático de los "hombre de fe", quienes estigmatizados con un negado maniqueísmo, hicieron de la confusión un arte. A la hora del instinto de supervivencia, ergo lograr que viva la manada y en general la especie humana, no hay bien ni mal, solo hay vida o la necesidad de preservarla. Es vivir o morir. Para lograr que haya vida, todo lo que se haga será natural y por ende humano.



Como ya lo dijera en mi ensayo: http://www.copia-oculta.org/2012/11/existe-dios-en-el-inconsciente-del.html, el inconsciente del hombre es la conciencia del hombre primitivo, y por ende es lo que somos verdaderamente una vez que quitamos todas las capas de inventos mentirosos que supimos construir siglo tras siglo sobre nosotros mismos. ¿Sirven esa mentiras para la vida en sociedad?, por lo visto, no ha sido de gran utilidad. Que hoy los filósofos no quieran o sepan hablar de la familia, no significa que no continúe siendo el principal bastión de la vida humana. En ese sentido digo, que si fuera que hubo una civilización prediluviana como invocan todas las religiones (ver arca de Noé, diluvios universales, apocalipsis, armagedón,etc), sin duda fue la familia quien le dio al mundo la oportunidad de seguir "padeciendo" a una especie animal como la humana, quien todo lo destruye, pero quien también tiene la capacidad de construir y corregir.



Cuando matamos a la familia, matamos de a poco a la humanidad. El hombre se suicida en una in eternum agonía cuando intenta prescindir de sus raíces naturales y de su propia verdad. Negar la familia, es negarse a ser lo que és, so es la peor manera de mentirse en medio de un mundo mentiroso que ensalza paradójicamente la certeza y castiga el embuste. Nadie mas idiota que aquel que se cree sus propias mentiras, y nadie mas estúpido que el que cree que la sociedad es la regente de la verdad.

En la familia comienza y termina todo, no insistan. La única soledad posible, es aquella que se vive sin recuerdos, y aun así vuestra familia prevalecerá en el inconsciente. En la familia esta el conocimiento, y está la duda. Pero también está el consuelo, que juega con los traumas del niño ahora grande. En la familia nace el amor, pero también el odio, la sutileza pero también la exageración. En la familia aprehendemos a volar y también a pisar la tierra. Sabemos del bien y el mal, pero sabemos que hay algo mas profundo detrás de todo ello. En la familia se compite, se disputa y se resigna. En la familia tomamos conocimiento de lo que es triunfar, perder o su antídoto, la generosidad. Y el mas digno legado, aprendemos a no competir cuando realmente amamos porque nos amamos.-



Nuestros padres son Dios, pues si existe un: "hecho a imagen y semejanza", es porque nos referimos de "ellos", no a otro. El amor se aprende o no se aprende, nadie sabe que es el amor, pero si no fuera un impostor, seguro se hallaría también en la familia. En la familia condeno la ilusión o festejo la imaginación, pero con cada visión ilusa que mato, doy vida a una nueva, nadie sabe vivir sin ilusión. El padre que da consejos, solo es un padre actuando, a veces el silencio con un buen ejemplo, es el mas sabio de los "profetas". Pero si haz de hablar, que esas palabras se proyecten en eternidad.



De la madre nadie duda, salvo que hablemos de ella misma, nada es suficiente para una madre cuando hablamos de propias culpas. En un mundo tan cosificado como este, el cariño se disfraza de regalo, pero el amor de madre aunque ambiguo se siente, incluso en casos que se miente y mienten. A veces el amor hacia la madre se parece al odio, pero con los años ese odio se transforma en indiferencia que es la peor forma de decirle al mundo que uno no tiene familia. Una madre que aun es odiada por su hijo, tiene esperanzas. A veces se construyen odios por las acciones, la mayoría por las omisiones, nunca se vio tanto en estos tiempos condenar a los padres por las cosas. Lo cual me lleva a sentenciar que el problema no está en el vínculo sino en la génesis. La sociedad se está suicidando, y mientras se siga alejando de la espiritualidad, mas problemas se inventarán para abdicarse en la familia.



No creo en los consejos, sin embargo amo la filosofía. Quizá sea hora de que cada padre comience a rescatar la humanidad, salvando su familia. El bebé aun es nuestro futuro, enseñándle amor amando, y no lo metas en el culto de las cosas. No le enseñes a medir sentimientos con regalos. Léele un cuento, tómalo de la mano y corre con él, como si fuera la única cosa importante en la vida. Cambia los valores, que lo estúpido sea eso, y que lo importante sean las personas. Enséñale que la verdad está en la familia no en la sociedad, y que cuando se le rían, se sienta orgulloso, porque el es realmente diferente en la verdad. No doy consejos, pero sigo perplejo ante la inquina, el anquilosamiento, la desidia y el hedonismo. La sociedad se está suicidando, y no es la primera vez. Si un padre desocupado y pobre sufre un dolor agudo, intenso y sin consuelo pues no le puede dar cosas a sus hijos, es porque estamos haciendo las cosas mal. No hay mejor remedio en estos casos que vivir, leer, estudiar y buscar el conocimiento puro, esa sabiduría espiritual que os habréis de salvar. Recuerden, nos vamos de este mundo tal como llegamos, so en ese momento de la verdad solo cuenta eso, la verdad, pues enséñale eso a tus hijos. También enséñale que la humanidad aun tiene una oportunidad y está en dejar el materialismo de lado, y poner al hombre y la familia en primer lugar. Buen domingo.-

Popular Posts

Blog Archive

 
back to top //PART 2