Tuesday, November 27, 2012

0 Todo lo que no sabias sobre el craneo humano

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La craneometría es la disciplina de la antropología física que estudia y compara las diferentes medidas que poseen los cráneos humanos.

Las medidas y forma del cráneo constituyen uno de los criterios más importantes que existen para determinar no sólo la especie de un homínido sino también la raza de un Homo sapiens, muy por encima del tono de piel.





Índice cefálico



El índice cefálico es la relación de la anchura máxima de la cabeza respecto su longitud máxima. El profesor de anatomía sueco Anders Retzius (1796–1860) definió y usó por primera vez el índice cefálico en la antropología física para clasificar los restos humanos antiguos hallados en Europa. Retzius clasificó los cráneos en tres categorías principales según su forma:
Dolicocéfalo. Largo y delgado.
Mesocéfalo. Intermedio.
Braquicéfalo. Corto y ancho.
Estos términos fueron usados también por Georges Vacher de Lapouge (1854–1936), uno de los pioneros de las teorías científicas en esta área y un teórico de la eugenesia, quien observó las diferencias que existen entre craneos de diferentes razas humanas y en L'Aryen et son rôle social (Los arios y su rol social, 1899) clasificó a la humanidad en varias razas diferentes y jerarquizadas, desde la raza aria blanca, dolicocéfala, a la braquicéfala. Entre estas, Vacher de Lapouge identificaba al Homo europaeus (nórdico) al Homo alpinus (alpino) y finalmente al Homo mediterraneus (mediterráneo). Su clasificación fue reflejada por William Z. Ripley en Las razas de Europa (1899).
Ver el cráneo de perfil sólo revela si es planooccipital (occipital aplanado) o curvooccipital (occipital prominente). Cuando se ve desde arriba revela con seguridad su tipo craneal (dolicocéfalo o braquicéfalo).
El cráneo dolicocéfalo no se caracteriza únicamente por ser largo, sino que su ilusión de longitud se ve aumentada por la estrechez de sus sienes (los huesos temporales). El cráneo braquicéfalo, es redondo, más ancho y de sienes más abultadas (huesos temporales más desarrollados). A los cráneos intermedios entre ambos tipos se les denomina mesocéfalos.




Perfil humano



La evolución del perfil humano comenzó a partir de un modelo primitivo con hocico y sin frente. Se considera como antepasados de los hominoideos a mamíferos gráciles como el Plesiadapis, el Smilodectes o, ya más en la dirección simiesca, el Aegyptopithecus. Según se fue entrando en la fase homínida, ese "hocico" primitivo (el prognatismo subnasal o proyección frontal de los maxilares) fue retrocediendo, el perfil se fue enderezando, apareció la frente y se fue asentando poco a poco la verticalidad del rostro (ortognatismo). Se considera que los rasgos propios de un perfil evolucionado, alejado del origen simiesco, son una frente vertical, alta y abombada, un puente nasal y un mentón bien formados, y un maxilar inferior estrecho cuando visto de perfil y ancho cuando visto de frente. En las razas humanas modernas, la frente huidiza es influencia de la mezcla Neandertal (como en el caso de la raza arménida), así como seguramente Homo erectus y otros. Los nordico-rojos, cónguidos y pígmidos tienen frentes perfectamente verticales, mientras que los nordico-blancos y khoisánidos la tienen muy levemente inclinada. Los mentones morfológicamente más avanzados son el nordico-rojo y el nordico-blanco. El puente nasal más desarrollado evolutivamente es el arménido

Tipos de mandíbula .

Prognatismo (Del griego, pro, 'adelante' y gnathos, 'mandíbula'). Disposición general de la cara de tal forma que, vista de perfil, ambos maxilares están proyectados por delante de la línea vertical que desciende de la raíz de la nariz. Se observa principalmente en la raza congoide y australoide, si bien dentro de la raza mongoloide puede presentarse cierto grado de prognatismo. Cuando sólo el maxilar inferior presenta prognatismo, de forma que los dientes no encajan adecuadamente en la mordida, se considera una deformidad, ocasionada por el mestizaje entre razas con ortognatismo y razas con prognatismo, y debe someterse a una cirugía ortognática.

Ortognatismo (Del griego, orthos, 'correcto', y gnathos, 'mandíbula'). Disposición general de la cara, de tal forma que la línea del perfil que va de la frente al mentón es vertical. Se observa principalmente en las razas caucasoide y capoide, aunque puede presentarse en individuos de otras razas con variables niveles de mezcla caucasoide.

Retrognatismo (Del latín, retro, 'atrás', y el griego gnathos, 'mandíbula') Disposición en la que el maxilar inferior (mandíbula) es de menor proyección respecto al resto de la cara. El retrognatismo podría ser un legado de la raza arménida.



Capacidad craneal




La capacidad craneana o craneal, es decir, la medida del volumen del interior del cráneo, es un indicador fiable del posible grado de inteligencia de un individuo así como de la raza a la que pertenece. Por otra parte, la craneometría y el estudio de los esqueletos fueron usados para demostrar la teoría de la Evolución de Darwin, expuesta por primera vez en El origen de las especies (1859). El volumen endocraneal relativo humano (unos 25cm³ por kg. de masa corporal) es más del doble que el de los simios.
Algunos sectores, especialmente entre los negacionistas de la raza, creen que relacionar la forma del cráneo con el carácter, la inteligencia o la raza, es "pseudociencia", y es denunciado de esa manera como una forma de corrección política.
A pesar de esas falsas denuncias, académicos como el profesor Philippe Rushton de la Universidad de Ontario del Oeste, han publicado estudios científicos que demuestran las diferencias intelectuales entre razas. En el año 2000, Rushton publicó en Raza, Evolución y Comportamiento las diferencias entre tres razas genéricas, midiendo el promedio tanto de la capacidad craneana, como el número de neuronas corticales y el coeficiente intelectual (IQ). A continuación se muestran sus resultados:





Historia

Samuel George Morton (1799–1851), uno de los inspiradores de la antropología física, recogió cientos de cráneos humanos de todo el mundo y empezó a intentar hallar una forma de clasificarlos según un criterio lógico. Influido por las teorías comunes de su época, afirmó que podía medir la capacidad intelectual de una raza gracias a la capacidad craneal. Un cráneo grande significaba un gran cerebro y mayor capacidad intelectual, y un cráneo pequeño indicaba un cerebro pequeño y una menor capacidad intelectual. Morton tenía muchos cráneos del antiguo Egipto, y concluyó que los antiguos egipcios no eran negros sino blancos. Sus principales monografías fueron: Crania Americana (1839), An Inquiry into the Distinctive Characteristics of the Aboriginal Race of America y Crania Aegyptiaca (1844). En Crania Americana afirmó que la capacidad craneal media de los blancos era 1425 cm³, mientras la de los negros era 1278 cm³.
Posteriormente el negacionista de la raza judío Stephen Jay Gould (1941–2002), en The Mismeasure of Man (1981) afirmó que Samuel Morton había manipulado datos y rellenado los cráneos "para poder justificar sus nociones preconcebidas sobre las diferencias raciales".
Los seguidores de Morton, especialmente Josiah C. Nott (1804–1873) y George Gliddon (1809–1857) en su monumental tributo al trabajo de Morton, Types of Mankind (1854), llevaron sus ideas más allá y afirmaron que sus hallazgos de hecho apoyaban la noción de poligenismo, que afirma que la humanidad se originó de diferentes linajes y es el antecesor de la hipótesis poligénica o multirregional. El propio Morton se había mostrado reacio a propugnar explícitamente el poligenismo porque suponía un importante desafío a la versión bíblica de la creación. Charles Darwin se opuso a Nott y Glidon en The Descent of Man (1871), argumentando en pro de un monogenismo de la especie. Darwin concebía el origen común de todos los humanos (la hipótesis monogénica) como esencial para la teoría de la evolución.
En 1873, Paul Broca (1824–1880) halló el mismo patrón descrito en el Crania Americana de Samuel Morton, pesando cerebros en autopsias. Otros estudios históricos que encontraron una diferencia significativa entre negros y blancos en cuanto a tamaño del cerebro incluyen Bean (1906), Mall (1909), Pearl (1934) y Vint (1934).
Se ha comprobado que el consumo de productos animales cocinados durante la Prehistoria, tuvo un papel determinante en la evolución de las razas humanas, especialmente al favorecer el desarrollo del cerebro y la capacidad craneal.
Beals, Smith y Dodd (1983) relacionan el clima frío con capacidades craneales elevadas. Gordon G. Gallup Jr., profesor de biopsicología evolutiva, notó que, en el registro fósil, las capacidades craneales son más elevadas cuanto más se encuentran lejos de los trópicos y el ecuador, donde el clima es cálido y tropical.


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