dijo:Xfa, no me denuncies. cumple el protocolo y es la peor noche desde q soy hincha de boca. no tengo ni ganas de insultar a nadie ni bardear. solo desahogarme...
Hoy, a días de cumplir los veinte años, mis primeros veinte años, dejenme confesarles que sigo siendo un nene y que mi mundo de fantasía está intacto. De qué manera puede explicarme alguien, cómo es posible de que aun faltando diez segundos, seguía creyendo en el milagro de que se podian convertir dos goles? Ustedes qué creen que siento? siento un vacío en el estómago infernal, tengo la sensación de que me expropiaron lo mio, lo que a mi me corresponde; lo que me gané durante décadas de recorrer el mundo.Pero bueno muchachos, hoy estamos parados ante la derrota más dolorosa de nuestro Boca en los últimos veinte años (si, veinte años).
Yo se que muchos no van a tener fuerzas para leer lo que escribo y les pido disculpas si los molesto; pero realmente tengo la necesidad de expresarme y al mismo tiempo necesito compartirlo con mis cómplices: ustedes.La verdad es que el año pasado, allá cuando el boludeo y el periodismo barato se fijaba que la Bombonera estaba siendo ocupada por dos barras, al mismo tiempo ocurría lo más importante del año que era la clasificación de éste equipo a la Libertadores; y nosotros que estabamos preocupados por ganar el apertura, de reojo ya ibamos mirando el calendario de la copa. Fueron pasando los meses, y la copa empezó; y Boca seguía avanzando... recuerdan lo mal que jugamos contra Unión Española de local? pero pasamos y creimos que podía ser. También creo que todavía no recuperé la voz después del grito del gol de Silva en Brasil.
Dejenme confesarles que todavía no puedo comprenderlo.Miro para atrás y todavía veo las fiestas de la Bombonera en uno y cada partido de la copa, siento sus brazos abrazandome antes del comienzo de cada partido y dejenme confesarles algo, no puedo creerlo.Pero ahora caemos en la realidad de que todo éste entusiasmo lo generó el saber de que Boca es grande (muy grande), y que Roman nos llenaba de inspiración y su sola presencia nos llenaba de esperanzas. Los resultados nos alimentaron en el sueño, pero hay que admitir que nos enfrentó ésta final a un equipo muy fuerte con jugadores exelentes. Igualmente, dejenme confesarles que por dentro, siento que la copa la mereciamos nosotros, aunque quizás no fuimos superiores. Tal vez fue la suerte. Tal vez el desetino lo quiso así.
Quiero valorar a todos los jugadores que me dejaron creer que el sueño de la Libertadores podía ser realidad, quiero agradecerle a Roman por llevarnos otra vez de su mano al partido que todos quieren estar. Quiero recordar a Battaglia que hizo fuerza desde afuera al igual que nosotros, y quiero agradecerles a todos los hinchas de Boca que reventaron las tribunas; y sobre todo a los que ahora estan en Brasil, que se enfrentaron a la realidad de que perder la copa era muy posible y no les importó gastar ahorros ni tiempo para alentar al equipo en ésta instancia. Hoy Boca volvió a pisar un suelo bravo pero lamentablemente ésta vez tropezó.
No me siento defraudado, ni desilusionado; yo siempre supe lo que éste equipo podía dar y valoro totalmente que nos hayan llevado a la final otra vez. Hoy, a días de habe cumplido veinte años, me siento aun un niño; igual que el de ocho años que vió su primer final ante Palmeiras con resultado feliz. O de aquellos recuerdos del haberme escapado del aula para gritar el gol de Palermo al Real una mañana de noviembre, hace ya 12 años.
Estoy totalmente orgulloso de ser hincha de Boca, y me siento cada vez más grande. El sueño de la Libertadores se terminó, como se terminaron tantos, pero la camiseta de Boca nos va a seguir alimentando el alma; aunque hoy la tristeza invade totalmente mi ser. La tristeza de no poder ver a Roman levantar la copa, de tal vez haber visto a nuestro ídolo por última vez con la camiseta xeneize. Porque yo se que en el fondo muchos queriamos más ver a Roman campeón que al mismo Boca.
Se que muchos hinchas de otros equipos estan leyendo ésto y van a pensar que soy un careta y que no conozco lo que es "La mala", porque nunca pasé un descenso ni pasé diez años sin conseguir título alguno; pero bueno, mi realidad es ésta y Boca me da ésto.
Dejenme confesarles algo: hoy es una noche muy triste. Hoy por primera vez, he llorado por Boca...y por Román.
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