gn: center">
¿Se acabó?
El Rojo perdió el clásico de Avellaneda 2 a 0 por un doblete de Sand y sigue dando pena, sobre todo como visitante. Una lágrima en ataque y en defensa pagó caro los errores. Racing festejó y gastó. Cambio urgente, por lo menos de mentalidad.
Tanto el local como el visitante arrancaron a buen ritmo. Los de Zubeldía buscaban con la velocidad de Centurión, mientras el Rojo basaba su fútbol en la tenencia de la pelota en una mitad de campo armada para eso. A Racing se lo notaba nervioso y los de Cristian Díaz se adueñaban de la pelota.
Las acciones llevaron a que Independiente controle el juego sin profundidad, mientras quela Academiade contra parecía comenzar a preocupar sobre los 20 minutos del primero. Los defensores del Rojo parecían no pasar apuros de todas maneras, incluso ante la velocidad de los puntas del rival.
Llegando a los 30 minutos a los dos equipos les costaba tener precisión en los últimos metros. En eso el destacado del partido era Santana, muy certero en sus pases, en sus cruces y relevos. Sin embargo, la más clara la tuvo Sand, tras un desborde de Hauche y una mala cobertura en el costado izquierdo de la defensa. Presagio de la caída.
Nuevo desborde por derecha, centro hacia atrás, se pasaron todos, se resbaló Russo y Sand no perdonó. Tuvo paciencia, controló y sacó un derechazo que se metió entre las piernas de Tula y la volada de Hilario, que la tocó pero no pudo y Racing se puso en ventaja. Cuatro minutos más tarde, otra vez una mala marca de la defensa derivó en un cabezazo del nueve que Hilario, esta vez sí, pudo contener.
El gol fue un golpe muy duro para el Rojo que tardó hasta el comienzo del segundo tiempo en reaccionar. Los últimos minutos fueron tenebrosos para el visitante. A tal punto que Racing estuvo muy cerca de alargar la diferencia. Lo peor llegó con la expulsión de Morel. Independiente se fue al descanso 1a 0 abajo y con uno menos.
El Rojo necesitó salir a buscar el empate ni bien ingresó al segundo tiempo. Por eso Cristian Díaz mandó a la cancha a Rosales, que comandó una contra pero decidió mal en el final y se desperdició una chance muy clara. Para colmo, con el correr de los minutos Racing comenzó a manejar el partido y un nervioso equipo visitante provocaba que ante cada aproximación se pueda alargar la distancia.
De todas maneras, Racing se perdía una y otra posibilidad de gol. Por momentos parecía que no sabía cómo. El Rojo tampoco. No encontraba el rumbo y el local hacia lo que mejor sabe hacer, esperar y contragolpear con la velocidad de sus delanteros. Sobre todo Hauche y Centurión. En una de esas entre Russo y Mancuello se encargaron de hacer lo que los delanteros locales no pudieron.
Primero Russo no cruzó bien y después fue Mancuello el que no reventó la pelota y le regaló la posibilidad a Racing para que otra vez Sand la deposite en la red y desate la locura en la tribuna local. 2a0 un equipo que sabe a lo que juega como el de Zubeldía y otro que sigue sin encontrar su identidad ni la idea apropiada. Los últimos 15 fueron para que Racing se floreara e Independiente vea festejar al local algo que hacía tiempo no lograba.
Sólo una frase de cierre: Así no, porque nos vamos… Hay que hacer un cambio urgente y pensar en grande. En salir a ganar de arranque. Segundo partido de visitante que no se genera nada.
se-acabo-3/">¿Se acabó?
0 comments:
Post a Comment