Tuesday, August 7, 2012
0 La historia del argentino que casi va a Marte.
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Carlos es un argentino como cualquiera, toma mate, debate de futbol con sus amigos y no puede pasar un domingo sin uno de sus famosos asado. Lo que diferencia a este peculiar personaje porteño del resto es su sueño de toda la vida, ser astronauta.
"Todo empezó cuando era pibe, siempre supe que lo mío era andar volando por el espacio." Nos cuenta mientras toma mate como todas las mañana.
Un día mirando al cielo Carlos les comunicó a sus padres que quería ser astronauta, ellos inmediatamente le dieron todo su apoyo.
Mientras los chicos del barrio armaban carritos de rulemanes, él a los once años dio sus primero pasos en la astronomía, con lo poco que tenía a mano supo construir un máquina voladora bien casera "Era la caja de un televisor Grundig de 20 pulgadas, con una rueda de bici hice el volante bici y con un tacho me hice el caso. Le tuve que hacer agujeritos para ver, mi vieja después me fajó" Recuerda con lágrimas en los ojos, no sabemos si por nostalgia o por recordar los golpes recibidos.
Al terminar la secundaría su vida tomó un giro inesperado, una empresa dedicada a la fabricación de colchones lo contrató dentro del sector administrativo y se vio obligado a dejar en suspenso su sueño de ser un cosmonauta.
Hoy en día sigue trabajando en la misma empresa y jamás pudo cumplir su meta de navegar por el espacio exterior. "La verdad que a veces digo, la pucha como me gustaría haber sido astronauta". Desde la comunidad de su hogar mira con asombro la llegada del Curiosity a Marte con asombro.
Carlos nunca hizo contacto con la Nasa ni llegó a ser un astrofísico, pero si hubiese seguido su sueño hoy estaría buscando vida en el planeta rojo yo vendiéndole colchones a los marcianos. Una historia más de sueños que no llegan a cumplirse.
Para evitar futuras denuncias aclaro que la información de este post no es real. Es solo una parodia a las denominadas "notas de color".









//PART 2
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