Tuesday, December 11, 2012

0 Asi Nacio la Lectura! [Muy Interesante]

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¿Cómo nació la lectura?



Leer forma parte de nuestras vidas. Nos guste leer libros o no, el leer en sí, está tan instaurado en nosotros que ni nos damos cuenta. Por ejemplo, para entrar al post este, ustedes leyeron, y obviamente, no se percataron, lo hicieron sin más.

A algunos les habrán enseñado a leer y otros habrán aprendido solos, pero siempre para aprender, necesitamos ALGO que leer. Alguien imprimió algún libro que llegó a nuestras manos, algún diario o lo que sea, y alguien que sabía leer de antes nos enseñó a practicar este "arte". ¿Pero cómo hicieron los primeros? ¿Quiénes decidieron crear letras para después hacer un alfabeto? Y lo principal ¿Cómo nació la lectura?

En este post daremos un paseo histórico por sus orígenes, el nacimiento de las letras, palabras, papeles, descubriremos los principios biológicos de la lectura, y también los psicológicos. Espero que sea de su agrado.




Nace la expresion escrita: la escritura cuneiforme



Sin contar las pinturas y demás yerbas de la edad de piedra, la escritura cuneiforme está comunmente aceptada como la forma más antigua de escritura. Su nombre no es difícil de descifrar: "Forma de cuña" y es que en ese entonces, no había lápices como ahora es por eso que esta escritura surgió como un sistema de pictogramas y con el tiempo, las representaciones pictóricas se simplificaron y se hicieron más abstractas, dando lugar a lo que se conoce como escritura cuneiforme.





Se cree que este tipo de escritura fue desarrollada por los sumerios a finales del IV milenio a. C, y que nació gracias al comercio. Los mercaderes necesitaban saber cuántos artículos vendían, cuántos compraban, etc. Y la alternativa más lógica y práctica para hacerlo, era dejando plasmado en algún lado las transacciones mercantiles. Así, podemos decir que la escritura nace de la necesidad del hombre de comerciar; para ser un buen comerciante, era necesario tener un registro escrito de ingresos y egresos, y la única forma para hacerlo, era utilizando lo que tenían a mano, palos, piedras, o lo que fuera que marcase una superficie como podría ser, por ejemplo, una roca.





El primer alfabeto




La historia del alfabeto comienza en el Antiguo Egipto, más de un milenio después de haber comenzado la historia de la escritura (con la escritura cuneiforme sumeria). Cabe destacar que los egipcios (como casi siempre) no tomaron prestado nada de la escritura cuneiforme, sino que ellos mismos desarrollaron su alfabeto.





Historia de la lectura



Los primeros jeroglíficos fueron diseñados hace 5 000 años, en cambio los alfabetos fonéticos más antiguos tienen alrededor de 3500 años.

Entre el siglo II y el IV, la introducción del pergamino permitió la redacción de obras compuestas por varios folios largos que podían guardarse juntos y leerse consecutivamente. El libro de la época actual sigue este mismo principio, pero la nueva presentación permite consultar su contenido en una manera menos lineal, es decir, acceder directamente a cierto pasaje del texto.

Alrededor del siglo X las palabras se escribían una tras otra, sin espacios en blanco ni puntuación




Nace la imprenta



Si bien ya los romanos tuvieron sellos que imprimían inscripciones sobre objetos de arcilla al rededor del año 430 A.C y el 440 A.C. Se dice que entre 1041 y 1048, Bì She-ng inventó en China (donde ya existía un tipo de papel de arroz) el primer sistema de imprenta de tipos móviles, a base de complejas piezas de porcelana en las que se tallaban los caracteres chinos; esto constituía un complejo procedimiento por la inmensa cantidad de caracteres que hacían falta para la escritura china.


SUTRA CHINO!

Hasta 1449 y años anteriores, los libros eran difundidos a través de las copias manuscritas de monjes y frailes dedicados exclusivamente al rezo y a la réplica de ejemplares por encargo del propio clero o de reyes y nobles. A pesar de lo que se cree, no todos los monjes copistas sabían leer y escribir. Realizaban la función de copistas, imitadores de signos que en muchas ocasiones no entendían, lo cual era fundamental para copiar libros prohibidos que hablasen de medicina interna o de sexo. Las ilustraciones y las mayúsculas eran producto decorativo y artístico del propio copista, que decoraba cada ejemplar que realizaba según su gusto o visión. Cada uno de sus trabajos podía requerir hasta diez años.



Gutenberg apostó a ser capaz de hacer a la vez varias copias de la Biblia en menos de la mitad del tiempo de lo que tardaba en copiar una el más rápido de todos los monjes copistas del mundo cristiano, y que éstas no se diferenciarían en absoluto de las manuscritas por ellos.


BIBLIA GUTENBERG!

Lo que no calculó bien fue el tiempo que le llevaría el poner en marcha su nuevo invento, por lo que antes de finalizar el trabajo se quedó sin dinero. Volvió a solicitar un nuevo crédito a Johann Fust, y ante las desconfianzas del prestamista, le ofreció entrar en sociedad. Johann Fust aceptó la propuesta y delegó la vigilancia de los trabajos de Gutenberg a su sobrino, Peter Schöffer, quien se puso a trabajar codo a codo con él a la vez que vigilaba la inversión de su tío.


JOHANN FUST

Tras dos años de trabajo, Gutenberg volvió a quedarse sin dinero. Estaba cerca de acabar las 150 Biblias que se había propuesto, pero Johann Fust no quiso ampliarle el crédito y dio por vencidos los anteriores, quedándose con el negocio y poniendo al frente a su sobrino, ducho ya en las artes de la nueva impresión como socio-aprendiz de Gutenberg.



Gutenberg salió de su imprenta arruinado y se cuenta que fue acogido por el obispo de la ciudad, el único que reconoció su trabajo, hasta su muerte pocos años después de reconocerse el trabajo. Peter Schöffer terminó el trabajo que inició su maestro en su ciudad y las Biblias fueron vendidas rápidamente a altos cargos del clero, incluido el Vaticano, a muy buen precio. Pronto empezaron a llover encargos de nuevos trabajos. Todos estos cambios no favorecían al gobierno de la época y al clero religioso; es por eso que se oponían, ya que con la aparición de la imprenta se conocería seguramente la verdad social, más no la que, según los monjes, escribían, pero nada pudieron hacer con la nueva revolución que la imprenta de Gutemberg había creado.



Y surgieron los libros



La elaboración de las técnicas de impresión por parte de Gutenberg hacia 1440 dieron paso a la entrada del libro en la era industrial. El libro ya no era un objeto único, escrito o reproducido de acuerdo con la demanda. La edición de un libro requiere de toda una empresa, capital para su realización, y un mercado para su difusión. Por consiguiente, el coste de cada ejemplar baja considerablemente lo que, a su vez, aumenta notablemente su expansión. El libro en forma de códice e impreso en papel, tal y como lo conocemos actualmente, aparece a finales del siglo XV. A los libros impresos antes del 1 de enero de 1501 se les llama incunables, haciendo referencia a la época en que los libros se hallaban en la "cuna" y en la "infancia" de la técnica moderna de hacer libros a través de la imprenta.



Otro importante factor que fomentó el aprecio por los libros fue la censura, que si bien solía ejercerse también en períodos anteriores a los siglos XVII y XVIII, es precisamente en esta época cuando adquiere mayor relevancia, puesto que los libros se producen por millares, multiplicando en esa proporción la posibilidad de difundir ideas que el Estado y otras instituciones como la Iglesia no desean que se divulguen.







¿Cómo aprendemos a leer?



Leer es una actividad muy propia del ser humano actual, pero es relativamente reciente. El posar nuestros ojos sobre pulpa de árbol prensada y manchada por miles de insectos de tinta tiene muy poco de natural.

Sin embargo, la lectura ha cambiado nuestra historia como especie. Pero ¿Cómo sucedió la primera vez?


La investigadora Maryanne Wolf amplía el punto de vista de Dehaene afirmando que es más que probable que el cerebro lector hubiese explorado senderos neuronales más antiguos, diseñados en su origen no sólo para la visión, sino para relacionar ésta con las funciones lingüística y conceptual: por ejemplo, para relacionar el reconocimiento inmediato de una huella con la deducción de que indica peligro.

Cuando nuestro cerebro se enfrentó a la tarea de leer, escribir y calcular, tuvimos a nuestra disposición tres ingeniosos principios de diseño: la capacidad para establecer nuevas conexiones entre estructuras preexistentes; la capacidad para crear áreas especializadas exquisitamente precisas de reconocimiento de patrones de información; y la habilidad para aprender a recoger y relacionar la información.





Y gracias a estos intrincados procesos todos podemos ahora mismo leer este post sobre los orígenes evolutivos de la lectura

En un reciente análisis conjunto de 25 estudios de imágenes cerebrales de lectores de diferentes idiomas, los científicos cognitivos de la Universidad de Pittsburg hallaron 3 grandes regiones comunes empleadas en todos los sistemas de escritura


Área temporoccipital (que incluye el locus hipotético del "reciclado neuronal" para la lectura y la escritura), que nos convierte en competentes especialistas visuales de cualquier escritura que leamos.

Región frontal que rodea el área de Broca, que nos especializa en dos aspectos diferentes: en los fonemas de las palabras y en su significado.

Región multifuncional que abarca el lóbulo temporal superior y los lóbulos parietales adyacentes inferiores, de la que usamos áreas adicionales que nos facilitan el procesar los elementos fonéticos y semánticos especialmente relevantes para los sistemas alfabético y silábico.

En conjunto, estas regiones cerebrales proporcionan una primera imagen de lo que el científico cognitivo de la Universidad de Pittsburg Charles Perfetti y sus colegas llaman "un sistema universal de lectura". Este sistema conecta regiones de los lóbulos frontales, parietotemporales y occipitales; en otras palabras: selecciona áreas de los cuatro lóbulos del cerebro.

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